Los humedales y el bienestar humano es el tema del Día Mundial de los Humedales 2024. El objetivo es poner de relieve que el bienestar humano está irrevocablemente ligado al estado de los humedales del mundo. Dependemos de estos ecosistemas que sustentan la vida. Pero deben estar sanos para que puedan seguir proporcionándonos agua y alimentos, apoyando la biodiversidad, proporcionando medios de vida, protegiéndonos contra fenómenos meteorológicos extremos y mitigando el cambio climático.
El profesor del área de Ecología de la Universidad de A Coruña, Sergio Rodríguez Roiloa, defiende en el artículo que podéis leer a continuación la necesidad de transmitir a la sociedad la importancia que tienen los humedales para, de este modo, contribuir a su conservación y gestión sostenible. La Cátedra Emalcsa-UDC asume ese compromiso de concienciación social a través de las actividades, como las rutas naturalistas, enmarcadas en su Programa Coawa, o los trabajos de su línea de investigación AdO (Agua desde Origen).
Proteger los humedales: una prioridad para luchar contra el Cambio Climático
Sergio Rodríguez Roiloa
Profesor del área de Ecología de la Universidade da Coruña
Como cada año, el dos de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales, conmemorando la fecha de la Convención de Ramsar de 1971, y con el objetivo de divulgar su importancia y promover su conservación. Este año 2024 la temática elegida es Los humedales y el bienestar humano, en clara referencia a la importancia de estos ecosistemas para la salud del planeta, y por lo tanto para el ser humano. En este sentido, algunas estimaciones señalan que alrededor de mil millones de personas dependen de los humedales para su subsistencia, de los cuales obtienen numerosos recursos. Por suerte, la visión de los humedales como ambientes improductivos e insalubres parece quedar atrás y hoy en día son reconocidos como sistemas de enorme valor ecológico. Sin embargo, todavía están sometidos a presiones antrópicas que amenazan su conservación, y la pérdida y degradación de estos ecosistemas sigue en aumento a un ritmo inasumible. Así, acciones de drenaje, dragados o rellenos todavía son comunes con diferentes fines de explotación (agricultura, navegación, urbanismo, etc.), provocando la desaparición de los humedales. De manera similar, los procesos de contaminación, la presencia de especies invasoras, alteraciones hidrológicas, o la erosión de los suelos, pueden indirectamente alterar la funcionalidad de estos ecosistemas. Es necesario, por lo tanto, transmitir a la sociedad la importancia de los humedales, para así contribuir a su conservación y gestión sostenible.
Los humedales suministran una enorme variedad de servicios ecosistémicos: albergan una gran diversidad de especies adaptadas a las condiciones particulares de estos ambientes, amortiguan inundaciones y juegan un papel importante en la depuración del agua
Los humedales engloban un amplio abanico de sistemas, incluyendo marino-costeros y continentales, entre los que podemos encontrar: marismas, pantanos, estuarios, turberas o manglares que, a su vez, se pueden subdividir según diferentes factores como la salinidad o el grado y frecuencia de inundación al que están sometidos. Algunos de estos ecosistemas, como las marismas, presentan niveles de producción primaria neta próximos a los que podemos encontrar en los bosques tropicales lluviosos, en términos relativos. Los humedales suministran una enorme variedad de servicios ecosistémicos: albergan una gran diversidad de especies adaptadas a las condiciones tan particulares de estos ambientes, amortiguan inundaciones, y juegan un papel importante en la depuración del agua. Los del ámbito marino-costero, además, protegen de la subida del nivel del mar, y atenúan la erosión de la costa motivada por fenómenos de oleaje extremo.
Sin duda, otro papel clave que juegan los humedales a escala global es su gran capacidad para secuestrar el CO2 atmosférico y así contribuir a mitigar el cambio climático. En este sentido, la conservación de los humedales juega un doble papel en la lucha contra el cambio climático. Por una parte, contribuyen a captar carbono e incrementar el stock almacenado, y por otra evita que éstos se puedan convertir en una fuente de carbono si llegasen a degradarse. Los humedales costeros, como las marismas, los manglares y las praderas intermareales son especialmente productivos y acumulan carbono no solo en su biomasa sino también en el suelo, donde se pueden inmovilizar grandes cantidades. Este importante papel de los humedales en la mitigación del cambio climático debe verse como una oportunidad para que la conservación de estos ecosistemas pase a ser una prioridad. La necesidad de conservar los humedales no es cuestionable. Se deben reducir sus amenazas, diseñar manuales de buenas prácticas que eviten su degradación, y acometer acciones de restauración. Es necesaria la acción de las administraciones, pero también la implicación y concienciación de la sociedad, que permita un manejo integral de estos ecosistemas.
*La Cátedra Emalcsa no se identifica necesariamente con las visiones expuestas por los autores de los artículos que publica. Nuestra intención es ser un medio para la difusión, el diálogo, el debate y el avance en conocimiento.