El valor económico anual del agua y de los ecosistemas acuáticos asciende a 58 billones de dólares (algo más de 55 billones de euros), lo que equivale al 60% del Producto Interior Bruto mundial. Esta es la conclusión del informe El elevado coste del agua barata: el verdadero valor del agua y de los ecosistemas de agua dulce para las personas y el planeta, elaborado por la organización internacional independiente dedicada a la conservación de la naturaleza y el medio ambiente WWF y publicado el 16 de octubre de 2023 con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Alimentación. Por lo que respecta a Europa, este valor se sitúa en 11 billones de euros, equivalente a multiplicar por 2,5 el PIB de la principal potencia europea: Alemania.
La importancia del agua es incuestionable. Y más en estos tiempos en los que los efectos del cambio climático en el que estamos inmersos se hacen evidentes, con eventos extremos y alteraciones climáticas inesperadas para la ciudadanía. Pero hasta ahora no se había certificado con números esta importancia, y eso es lo que hace el informe de WWF.
«El infinito valor que las sociedades, las economías y los ecosistemas obtienen de los ríos, lagos, humedales y acuíferos se pasa crónicamente por alto. Más de un tercio de la producción mundial de alimentos depende directamente de los ríos por su papel crucial en el sostenimiento de la pesca de agua dulce, las tierras de cultivo de riego, la agricultura de recesión por inundaciones y los deltas altamente fértiles y ricos en nutrientes. (…) El agua también es fundamental para la producción industrial de bienes, el transporte por vías de navegación interior y todas las formas de producción de energía. Lo que más se suele pasar por alto es el inmenso valor que aportan los ecosistemas de agua dulce intactos a las personas y a la naturaleza. Ofrecen funciones reguladoras críticas del ecosistema y sostienen la biodiversidad, y su valor se extiende a los ecosistemas marinos y terrestres. El agua es el principal canal a través del cual las sociedades, las economías y los ecosistemas experimentan los profundos efectos de la crisis climática del siglo XXI, por ejemplo a través de graves sequías, inundaciones catastróficas o contaminación del agua. El inmenso valor de los ecosistemas de agua dulce —incluida la capacidad de los humedales para filtrar la contaminación, de las llanuras aluviales para absorber lo peor de las inundaciones, y de los acuíferos y manantiales para proporcionar suficiente agua de buena calidad para aumentar la resistencia a las sequías— pasa a menudo desapercibido», explica el informe de WWF.
Esta es la razón que ha llevado a la organización naturalista a elaborar un informe que avale con cifras la importancia del agua y de los ecosistemas acuáticos. Según WWF, el «valor total cuantificable del uso económico del agua» asciende a 58 billones de dólares (más de 52 billones de euros) anuales, es decir, el 60% del PIB mundial.
Los beneficios del uso directo del agua (consumo directo de bienes y servicios proporcionados por esta) para los hogares, la agricultura y diferentes industrias se valora en este informe en un mínimo de 7,5 billones de dólares al año (7,1 billones de euros). Y a esta cifra hay que sumarle 50 billones de dólares (47,4 billones de euros), cantidad con la que se valoran los beneficios indirectos del agua dulce para el bienestar humano que aportan los procesos naturales de los ríos, lagos, humedales y acuíferos, que van desde la purificación del agua y el aporte de sedimentos hasta la conservación de la biodiversidad, pasando por la protección de las comunidades frente a sequías graves e inundaciones.
Tras cuantificar el valor del agua, WWF señala que la gestión del agua siempre se ha centrado en los usos directos de ésta («considerando los ríos como simples conductos de agua, los humedales como ‘terrenos baldíos’ y los lagos y acuíferos como reservas de agua que se pueden bombear y contaminar sin consecuencias»). Además, «las extracciones insostenibles de aguas superficiales y subterráneas, las alteraciones humanas de los caudales fluviales, la contaminación del agua por la agricultura, los desechos industriales y las aguas residuales, así como el impacto del cambio climático en los regímenes pluviales y el deshielo de los glaciares, amenazan la salud de nuestros ecosistemas de agua dulce», subraya el informe.
Por este motivo, WWF considera que el mundo necesita urgentemente intensificar la acción en materia de agua y mitigar la crisis del agua dulce que sufre buena parte del planeta. Para ello propone batería de medidas entre las que figruan restaurar y proteger los ecosistemas de agua dulce, integrar los sistemas de gestión de los recursos fluviales e hídricos o invertir en nuevas tecnologías que mejoren la potabilización del agua, su distribución y tratamiento.
Podéis leer el informe completo aquí.