Con motivo del Día Mundial de los Humedales de este 2 de febrero de 2022, cuyo lema es ‘Actuar por los humedales es actuar por la humanidad y la naturaleza’, la profesora del departamento de Química de la Universidad de A Coruña y miembro del Grupo de Investigación de Ingeniería Química Ambiental, Isabel Ruiz Bolaños, ha escrito un artículo sobre los beneficios de los humedales construidos para la depuración de aguas residuales que podéis leer a continuación.
Humedales construidos para el tratamiento de aguas residuales
Isabel Ruiz Bolaños
Profesora del departamento de Química de la Universidad de A Coruña y miembro del Grupo de Investigación de Ingeniería Química Ambiental
Los humedales construidos son sistemas artificiales diseñados para tratar aguas residuales de diferentes orígenes, domésticas, industriales, pluviales, lixiviados, etc, que imitan a los humedales naturales. Los humedales construidos están constituidos por una balsa poco profunda, impermeabilizada para evitar filtraciones de agua al subsuelo, rellena con un medio que puede ser grava o arena, y plantado con especies típicas de los humedales naturales, como Juncus, Iris, Thypha o Phragmites. El agua residual se hace pasar a través de este medio poroso de grava y raíces en el que se desarrollan los microorganismos capaces de llevar a cabo la depuración de las aguas. De forma simplificada los humedales construidos se clasifican en tres tipos:
- Humedales superficiales o de flujo libre, en los que la lámina de agua, de entre 30 y 50 cm, se sitúa por encima de la grava. Son los más parecidos a los humedales naturales y se utilizan principalmente como tratamiento terciario.
- Humedales subsuperficiales de flujo horizontal, en los que la lámina de agua, también de entre 30 y 50 cm, se sitúa unos 5-10 cm por debajo de la grava. Por lo tanto en estos humedales no se ve el agua, sólo la parte aérea de las plantas, aunque la grava está permanentemente inundada, favoreciendo ambientes anaerobios.
- Humedales subsuperficiales de flujo vertical, son los más profundos, hasta 1 metro de medio poroso, normalmente arena. En estos humedales el agua se distribuye en superficie, por pulsos y se deja percolar recogiéndose por la parte inferior. Entre un pulso y el siguiente el medio se oxigena de forma natural, lo que favorece los procesos aerobios.
Los mecanismos que tienen lugar en los humedales construidos son complejos, ya que incluyen procesos físicos, químicos y biológicos, sin embargo son sistemas que, bien diseñados, representan una alternativa sostenible a los sistemas de tratamiento convencionales por su bajo coste de construcción y mantenimiento, ya que no requieren aportes de productos químicos y apenas de energía. Además, por su buena integración en el paisaje, son sistemas especialmente indicados en núcleos pequeños, de menos de 2000 habitantes, poblaciones dispersas o viviendas unifamiliares, a los que no llega o resulta muy costoso, conectar el sistema de alcantarillado.
Por otra parte, la creciente demanda de agua potable está haciendo cada vez más necesaria la reutilización de las aguas tratadas. En este contexto la aplicación de sistemas descentralizados, como los humedales construidos o los tejados verdes, se hace realmente imprescindible.
*La Cátedra Emalcsa no se identifica necesariamente con las visiones expuestas por los autores de los artículos que publica. Nuestra intención es ser un medio para la difusión, el diálogo, el debate y el avance en el conocimiento.