El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico publicó el pasado diciembre el II Catálogo de Buenas Prácticas en Economía Circular. El documento se elaboró a lo largo de 2021, periodo durante el que el Ministerio recibió más de 160 prácticas de economía circular. Luego de analizarlas se seleccionaron las 46 que forman parte del texto final. El objetivo del catálogo es ponerlas a disposición de las empresas y el público interesado para que las puedan replicar.
El criterio de selección de los ejemplos de buenas prácticas fueron los siguientes principios generales de Economía Circular:
Pensamiento sistémico y holístico: percepción y análisis de la realidad de un modo global, “pensar globalmente para actuar localmente”.
Responsabilidad: asumir la responsabilidad (social, económica y ambiental) de los impactos resultantes de decisiones y actividades de cada actuación. Educar, concienciar y sensibilizar en materia de EC como parte de esta responsabilidad.
Repensar/Regenerar: renovar los modelos actuales en todos los ámbitos de acción (diseño, producción, consumo, uso, negocio, gestión de residuos, etc.) para su contribución, de manera directa o indirecta, al tránsito a la EC. Restablecer y recuperar la calidad de los ecosistemas degradados, dar valor al capital natural.
Innovar y virtualizar: fomento de I+D+i en materia de EC, trabajar en la sustitución de materiales, productos y recursos unidireccionales, de un solo uso o no renovables, por otros más circulares y sostenibles. Desmaterialización directa o indirecta.
Optimizar: reducción y uso más eficiente de los recursos (materiales, agua y energía). Incrementar su vida útil y rendimiento de los productos.
“Cerrar el círculo” o “cerrar el ciclo de vida” de los recursos, productos y residuos: reutilizar, reparar/remodelar, remanufacturar (uso de materias primas secundarias), recuperar (obtención de materias primas secundarias y materias críticas), reciclar y revalorizar.
Compartir y colaborar: nuevos modelos de consumo, uso y negocio colaborativo. Sinergia entre todos los agentes intervinientes. Comunicación y transparencia: transmitir la información de manera clara, precisa, oportuna, honesta y completa. Si es posible, en base a estándares de certificación y etiquetas ecológicas.
Entre los 46 ejemplos de buenas prácticas en Economía Circular figura el Proyecto H2020 Run4Life que se desarrolla en Nigrán (Pontevedra) y que propone soluciones para aumentar, mejorar y fomentar la reutilización y depuración de aguas residuales. Esta iniciativa en la que participa la Universidad de Santiago de Compostela, según señala el catálogo, supone un cambio en el tratamiento convencional, centralizado y lineal de las aguas residuales por uno descentralizado de corrientes segregadas que facilita la recuperación de recursos de forma local, mediante la aplicación de tratamientos y tecnologías innovadoras. Todo esto favorece la aplicación de un concepto de economía circular al tratamiento de aguas residuales